Estas croquetas siempre salen bien y os garantizo que cuando las hayáis probado, no querréis comprar nunca más una croqueta ultracongelada.
Echamos el aceite de oliva en una sartén antiadherente y calentamos a fuego medio.
Añadimos la cebolla picada y rehogamos unos 7/8 minutos hasta que la cebolla esté dorada.
Añadimos el pollo y rehogamos otros 5 minutos.
Añadimos el garbanzo previamente molido (podéis simplemente aplastarlo con un tenedor) y seguimos removiendo.
Por ultimo añadimos poco a poco la harina del garbanzo. Es necesario ir poco a poco y conseguir que la harina quede impregnada por el aceite creando una masa compacta con los demás ingredientes. Si la harina no se quema, sabrá a harina cruda.
Añadimos poco a poco la leche junto con la nuez moscada y la sal. Removeremos con un cucharón hasta que la masa se despegue sola de la sartén, esto nos indicará que la consistencia es la adecuada. Aconsejo probar la masa y si no está lo suficientemente cremosa volver a añadir un poco de leche.
Por último vertemos en un bol de cristal y dejamos enfriar.
Cuando la masa esté fría se pueden enrollar las croquetas, pasando primero por el huevo, y segundo por el pan rallado. Ya estarían listas para freír o para congelarlas e irlas sacando a demanda.
Nota: al freír el aceite ha de estar siempre muy caliente, especialmente si las croquetas estuviesen congeladas para evitar que estas se abran.
Ingredientes
Instrucciones
Echamos el aceite de oliva en una sartén antiadherente y calentamos a fuego medio.
Añadimos la cebolla picada y rehogamos unos 7/8 minutos hasta que la cebolla esté dorada.
Añadimos el pollo y rehogamos otros 5 minutos.
Añadimos el garbanzo previamente molido (podéis simplemente aplastarlo con un tenedor) y seguimos removiendo.
Por ultimo añadimos poco a poco la harina del garbanzo. Es necesario ir poco a poco y conseguir que la harina quede impregnada por el aceite creando una masa compacta con los demás ingredientes. Si la harina no se quema, sabrá a harina cruda.
Añadimos poco a poco la leche junto con la nuez moscada y la sal. Removeremos con un cucharón hasta que la masa se despegue sola de la sartén, esto nos indicará que la consistencia es la adecuada. Aconsejo probar la masa y si no está lo suficientemente cremosa volver a añadir un poco de leche.
Por último vertemos en un bol de cristal y dejamos enfriar.
Cuando la masa esté fría se pueden enrollar las croquetas, pasando primero por el huevo, y segundo por el pan rallado. Ya estarían listas para freír o para congelarlas e irlas sacando a demanda.
Nota: al freír el aceite ha de estar siempre muy caliente, especialmente si las croquetas estuviesen congeladas para evitar que estas se abran.
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